Autócratas en AL usan la democracia y la desechan
La mayoría olvida los preceptos de las leyes que los llevaron al poder en países como México, Venezuela, El Salvador o Colombia
El venezolano Hugo Chávez, el boliviano Evo Morales, el ecuatoriano Rafael Correa, el nicaragüense Daniel Ortega, el hondureño Juan Orlando Hernández, el mexicano Andrés Manuel López Obrador, el salvadoreño Nayib Bukele, el costarricense Rodrigo Chaves y el colombiano Gustavo Petro son perseguidos por un factor en común.
Los nueve llegaron al poder presidencial en sus países tras aceptar competir bajo leyes y normas de juego institucionales previamente establecidas. Ya instalados en sus tronos, renegaron de esos mismos códigos o preceptos que los llevaron a la presidencia.
“Se trata de un tipo de ´golpe blando´. Para estos dirigentes, cambiar las reglas del juego después de haber sido elegidos es una forma de subvertir la democracia”, afirmó el analista e investigador independiente brasileño Leonardo Coutinho, presidente de Inbrain Consultants, consultora privada de Washington.
“Autócratas plenos, como Nicolás Maduro y Ortega, o en consolidación, como Petro y Bukele, se sirven de la democracia, con defectos y debilidades, para jugar con las ´reglas del juego´, ganar el poder y así usurparlo en favor de la perpetuación personal al frente de sus respectivos países”, narró Coutinho.
“En América Latina estamos acostumbrados a los golpes de Estado en los que intervienen militares y guerrillas, por ejemplo. Estos nuevos dictadores utilizan la democracia como puerta de entrada y luego la cierran. Prácticamente la cementan para que nadie pueda volver a atravesarla”, subrayó.
Modelos que se clonan
Al convertirse en presidente de Ecuador en 2007, Correa maniobró para promulgar una nueva Constitución y ejerció por tres mandatos consecutivos hasta 2017. Un proceso similar logró Morales tras instalarse en la presidencia de Bolivia en 2006, con nueva constitución, y gobernó hasta 2019.
Sin modificar la Constitución Política de Nicaragua y con un progresivo control monopólico del país, Ortega se reeligió tres veces sin líos y sin rivales.
López Obrador triunfó en 2018 en una lucha elaborada contra lo que definió como mafia del poder y su correligionaria y sucesora, Claudia Sheinbaum, también venció bajo unas reglas que ahora López Obrador busca modificar.
En contra de principios pétreos constitucionales de Honduras, Hernández juró en 2014 y se reeligió para gobernar dos cuatrienios seguidos hasta 2022. Con su legitimidad constitucional en duda, Bukele se reeligió este año, inició este mes su segundo quinquenio y afianzó su monopolio en El Salvador. Este año acusó de podrido al sistema político salvadoreño, al que nunca cuestionó cuando ganó la presidencia en 2019 y gobernó dos municipios de 2012 a 2018.